No lamentamos la perdida de aquellos que mueren alcanzando su destino.
Como saber si la vida de cualquier criatura ha alcanzado su propósito? He visto como muchos viejos morían con amargura y desesperación y, en cambio, he visto morir a jóvenes y a niños, antes de tiempo, dejando tras ellos tal legado de amor y alegría, que la tristeza de su marcha se veía mitigada al saber que sus breves vidas habían aportado mucho a los demás.
Digamos que nuestras vidas se miden no por lo que recibimos sino por lo que damos.