Tú me dices, yo te digo . Y así empieza nuestra guerra cotidiana . Yo me armo de adjetivos, tú conjugas el peor de mis pasados. Y te apunto donde duele y te acuerdo el peor de tus pecados. Tú reviras la ofensiva y disparas donde sabes que haces daño. Tú me dices, yo te digo . Y así acaba nuestra guerra cotidiana .
Porque siempre hablamos de lo tuyo y de lo mío, del pasado y los culpables . Mientras muere otro minuto porque hablamos. Ya te dije que no es cierto, ya dijiste que tú no eres lo que digo .
Y te quiero, y me quieres . Pero somos más idiotas que sensatos ! Y aparece otro día y nos van quedando llagas incurables de esta maldita enfermedad de hablar de más.
Por qué hablamos y no usamos ese tiempo en darnos besos ?