Tú me dices, yo te digo, y asi empieza nuestra guerra cotidiana . Yo me armo de adjetivos, tu conjugas el peor de mis pasados.
Y te apunto donde duele, y te acuerdo el peor de tus pecados, tú reviras la ofensiva y dispáras donde sabes que haces daño . Y te quiero y me quieres, pero somos más idiotas que sensatos, y nos van quedando llagas incurables de ésta maldita enfermedad de hablar de más .