No quiero más engaños, no quiero daños NUNCA MÁS .
lunes, 17 de diciembre de 2012
Solo hay una cosa peor que llorar en silencio y en soledad, es hacerlo por última vez junto a esa persona tan amada.
Ella posada sobre tu hombro con la mejilla cerca de tu pecho, dejando
caer sus lagrimas sobre aquel rostro que un día fue tuyo, del cual
alguna vez te pertenecieron sus sonrisas, susurrándote unas simples
palabras, unas palabras tan simples que para ti son desgarradoras. En ese momento es cuando desprendes esas lágrimas silenciosas y dolorosas, demostrando estar vencido.
Miras al cielo mientras solo escuchas sus dolorosos pedidos de ayuda y
compañía. Ves como aquel día soleado se cubre por una nube que no
proviene del cielo, una nube que al parpadear se desliza y cae por tu
rostro, el cual en ese deseo de verse fuerte y decidido es una vez mas
interrumpido por una lagrima, una lagrima sincera y de adios, una
lagrima que dice gracias, una lagrima que aprendió y ha decidido no
lastimar mas. Un beso en la frente tomando su rostro con ambas
manos es la última señal de adios. Uno se da vuelta, pero jamás podrá
borrar esa ultima imagen, siempre te acompañara haciéndote lamentar el
porque no supiste demostrar todo aquello que hoy decidiste dejar atrás. Al igual que aquella lágrima hoy te digo gracias y adiós; pero también te pido peRdón.