No quiero más engaños, no quiero daños NUNCA MÁS .
jueves, 3 de enero de 2013
Ella todavia me quiere y nunca querrá a otro. No me guarda rencor porque entre personas que se quisieron de verdad no puede haber nunca verdadero odio. Puede haber rabia o deseo de venganza; pero odio de verdad, ese odio tenaz y calculador que espera únicamente el momento de desencadenarse, no, eso es imposible. Ella sigue viva, puede que ya ni me espere. Está viva y muere lentamente. Muere de una forma educada, delicada, tranquila. Muere porque no puede darle a su vida un sentido nuevo, porque no puede vivir con la sensación de no tener a nadie que realmente la necesite como yo lo hice, porque es imposible vivir sin la certeza de que en el mundo hay una persona para la que se es imprescindible .